SINDICATO PROFESIONAL DE MÉDICOS DE LAS PALMAS

Luis Doreste Silva, 6 0 • 1º  Oficina 3 - Teléfono: 928 24 48 87 / Fax : 928 29 68 80 • Las Palmas de Gran Canaria 35004 email: spmlp@spmlp.com

afiliate
Mar 22, 2020

CARTA DE UN SOLDADO RASO- UNA COMPAÑERA DEL SCS ESCRIBE AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE ESPAÑA.




DE:  SOLDADO RASO

A:  SEÑOR PRESIDENTE DEL GOBIERNO

ASUNTO:  ¿POR QUÉ SOLO AHORA ME CONSIDERA UN HÉROE?

 

            Buenas noches Sr. Presidente, permítame que me presente, soy médico con 25 años de experiencia en el Servicio Canario de La Salud. Perdone antes que nada mi atrevimiento, la soledad del insomne hace crecer a los osados. 
Me dirijo a usted con el propósito de plantearle la siguiente pregunta:

¿POR QUÉ SOLO AHORA ME CONSIDERA UN HÉROE?

Por la fecha de esta carta, momento que pasará a los libros de historia, es obvio el contexto en el que escribo, pero igual ayuda a entenderla añadir algunas experiencias personales, vinculadas a mi profesión.

En esta guerra soy un soldado raso en las trincheras, y en este puesto asumo los riesgos. Afortunadamente no presento factores de riesgo de complicaciones, no como otros sanitarios, sí vulnerables, pero igualmente soldados. El riesgo de contagio salpica a mi familia, mi marido y yo estamos expuestos, mis hijos por tanto también; mi hermana, por compartir nuestra profesión, ya está infectada y aislada; mis padres, con múltiples patologías, están confinados solos por no poder compartir el aislamiento con sus hijos sanitarios, suerte que quedan otros que les provisionan de víveres.

Dada la situación excepcional, estoy viviendo situaciones excepcionalmente duras. Estar de guardia, y tener que restringir visitas a un menor en fase terminal, hasta estar 100% seguro de que no está contagiado. Y tras su fallecimiento, consolar a sus padres durante horas porque el servicio funerario se demora por la excesiva demanda actual.

En este momento se trabaja con un alto nivel de ansiedad, más del habitual. ¿Qué le voy a contar a usted? Si el virus se transmite de forma exponencial, la ansiedad debe seguir la misma formula matemática, a mayor nivel de responsabilidad mayor nivel de la misma, supongo. Trabajar día a día con ella nos está llevando a tener muchos conflictos con compañeros, a recibir amonestaciones gratuitas. En la calle se nos aplaude (enormemente agradecida por ello) y en el puesto de trabajo, en ocasiones, se nos culpabiliza y castiga por la ineficacia del sistema.

Debo conciliar mi trabajo con mi familia. Debo intentar supervisar la tarea escolar de mis hijos al llegar a casa, jugar con ellos, mimarlos, porque ¿sabe una cosa Sr. Sánchez? además me siento culpable. Ellos no solo están expuestos a mayor riesgo de contagio, también sufren indirectamente mi estrés laboral, sufren mis horas en casa mermadas porque tengo que revisarme las últimas publicaciones, actualizaciones de protocolos… para poder ganar esta batalla. Y debo reconocer que no tengo, en este momento, capacidad física y anímica para tanto.
Estos días amigos y familiares están asustados, expectantes, y me solicitan ayuda, información, “tú eres mis ojos ahora”, “si te veo bien a ti, estoy tranquilo”. Sí, el médico tiene la labor de prevenir, tratar, aliviar y también consolar. Aunque esté sufriendo inmensamente debo practicar contención emocional. Éste debe ser mi mensaje: “todo está controlado”, aunque, como no me ven la cara, esté llorando amargamente. Seguir recibiendo sus memes y reírme con ellos aunque me esté muriendo de pena porque mañana será el 83 cumpleaños de mi padre, y ninguno de sus hijos y nietos va ir a darle un beso. ¿Y si resulta ser su último cumpleaños?

Yo conozco minuto a minuto las visitas a Urgencias de mis amigos, de sus familias, me piden que esté a su lado, pero de mis pesadillas sólo me entero yo. Dudo que le haya surgido alguna vez la pregunta pero, a mí sí me viene mucho a la cabeza, si mi labor también incluye consolar ¿Quién me consuela a mí? Si pertenezco al gremio de los fuertes, de los que se nos presuponen herramientas para lidiar con todo tipo de emociones.
Al estar en primera línea de fuego, soy conocedora de los problemas de abastecimiento de material protector. Nos llaman héroes, pero no tenemos trajes que nos otorguen superpoderes, necesitamos que el estado los busque y nos los proporcione ¿le suena el problema? Nuestros superiores, como todos, son novatos en pandemias virales como esta. Sé que ponen empeño en que salgamos indemnes de esto, pero, para eso llegamos tarde. No hemos sido previsores, presumimos de un Sistema Nacional de Salud envidiable, pero no, Sr. Sánchez, no estamos a la altura de las expectativas.  Ni siquiera se ha sido capaz de contener la entrada del enemigo en mi región, que ya contaba con un aislamiento geográfico natural.
Si en esta crisis sanitaria  estamos arriesgando nuestra salud, en la  crisis económica de 2008, y tras ella, también los sanitarios aportamos lo que nos pidieron. Parte de nuestro sueldo, sobrecarga asistencial por reducción de personal, hacer más con menos por acotamiento de recursos, contratos basura, altísimos índices de eventualidad tras 6, 8 y hasta 10 años de trabajo. El estado de la sanidad española es la que es porque no nos han considerado héroes hasta ahora.

De ahí mi pregunta, Sr. Sánchez, ¿Porqué solo ahora? ¿Cree usted que antes no he estado expuesta a contagio de infecciones, sobrecarga emocional, problemas de conciliación familiar, dedicación de tiempo fuera de mi horario laboral a mi profesión?       ¿Usted, como mucha gente, opina que era una privilegiada? Supongo que conoce la formación académica de un médico y sus obstáculos (obtener media para la carrera, seis años de muchas horas de estudio, preparación para el difícil examen MIR,  formación residente con sueldo no proporcional a su responsabilidad), he trabajado duramente por llegar a estar aquí. Privilegiado, según la RAE, es “al que se da o concede un privilegio mediante un pacto o convenio”, no creo que entre en esa definición.

Cuando esto acabe, los que sobrevivan, recordarán esta cruel vivencia, pero ¿Se acordarán de los sanitarios? ¿Regresaremos a la retaguardia en las guerras de presupuestos? ¿Pasaremos a ser nuevamente héroes en la sombra? No contribuya a ello, se lo pido.

Mantengo mi anonimato, esto no es cuestión de adquirir protagonismo, pero si esta carta se propaga como este condenado virus, y le llega, mantengo la esperanza de que quizás algún día pueda usted contestarme. Y si es así, confío en que mi equipo de protección oficial haya llegado a tiempo, que las redes sociales sigan su curso, y así yo pueda llegar a leerla.
Por si se cumple mi deseo, gracias de antemano.

 
Las Palmas de Gran Canaria, a 20 de marzo de 2020

 
PD: Si alguien lee esta carta, no le pido que me aplauda,  le pido que me ayude a que le llegue al destinatario, porque todos, antes, ahora y siempre, necesitamos  una sanidad española de calidad.   

Datos de Contacto

  • Dirección: C/ Luis Doreste Silva, nº 60, 1º Oficina 3
  • Teléfono: 928 24 48 87 Fax: 928 29 68 80
  • Email: This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 

Ubicación

Utiliza cookies propias y de terceros para mejorar la navegabilidad de nuestra página, su acceso y la personalización de nuestros contenidos. Si continúa accediendo a nuestra página, entendemos que nos otorga su consentimiento expreso para su uso. Puede obtener más información sobre las mismas y su configuración en nuestra Política de Cookies” Si quiere saber más o configurar el uso de las mismas, puede hacerlo haciendo click en More details…